martes, 18 de junio de 2013

      Emiliano Figueroa Larraín                                               


Fue elegido presidente de la República tras la renuncia de Arturo Alessandri Palma en 1925 por acuerdo entre los partidos. Sus dos años en el Palacio de la Moneda estuvieron marcados por el control político que poseía sobre él su ministro de defensa (y después del Interior), coronel Carlos Ibáñez del Campo. En 1927 se creó la Contraloría General de la República.
Tras los vejámenes que Ibáñez causó a Javier Ángel Figueroa, su hermano y presidente de la Corte Suprema,2 en su intento de apoderarse del poder judicial, presentó su renuncia a la presidencia, la cual fue aprovechada por Ibáñez para presentarse a la presidencia como candidato único, sacando el 98% de los votos, dando de derecho el poder al hombre que la ejerció de hecho durante todo el gobierno de Figueroa.
Emiliano Figueroa había tenido una prolongada y talentosa carrera política, con el único motivo de acompañar a su hermano Javier Ángel, antes de ser presidente fue diputado y ocupó varios cargos ministeriales, como Justica e Instrucción Pública e Interior.
Reemplazó al diputado Juan José Valenzuela miembro de la comisión de Industria de la Cámara de Diputados en el año 1907, tras el fallecimiento de este. La asignación del reemplazo fue por ser ambos del mismo partido.
Su mandato considerado una de las etapas más estériles de la Historia de Chile, se vio afectado por una crisis económica, causada por el galopante deterioro del salitre y por la intervención notoria de las fuerzas armadas y de su ministro Carlos Ibáñez, en margen a la constitución, opacando su gobierno.
Las pocas obras de Figueroa, la mayoría planteadas por Ibáñez o por comisiones ajenas, fueron la creación de diversos cargos públicos, para contrapesar el deterioro en el Norte Grande, el inicio de la elaboración del Código del Trabajo de Chile, además, se inicia la creación del cuerpo de Carabineros de Chile, la Contraloría General de la República y como Embajador de Chile en el Perú en 1928 para la elaboración del un tratado para solucionar el problema de Tacna y Arica, suscrito el 3 de julio de 1929 (Tratado Rada y Gamio - Figueroa Larraín que incluyó un Protocolo complementario) que pretendía aquietar el asunto candente entre Chile y el Perú; todas las obras, a excepción de la Contraloría y los cargos públicos, fueron finalizadas en el mandato de Ibáñez, patrocinador real de éstas. Durante su estadía en Lima como embajador fue nombrado presidente de Transradio Chilena, posteriormente conocida como VTR.3
Considerado un tipo amable, sereno y buena persona, Figueroa pasó a la historia como un presidente inoperante, que sería el inicio de la peor crisis política en la historia de Chile, la llamada Segunda Anarquía.
Falleció el 16 de mayo de 1931, luego de sufrir un accidente automovilístico.4

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